martes, 14 de febrero de 2017

84 Charing Cross Road, ¡Qué suerte haberte encontrado!



Las casualidades existen, y esta ha sido una de las maravillosas.
Hace unas semanas escuché una charla de Isabel Coixet donde recomendaba varios libros y entre ellos este, que anoté con mil asteriscos. A los pocos días leí en el periódico que iban a poner en la filmoteca la adaptación que hicieron en 1987, con Anthony Hopkins y Anne Bancroft (a ella la adoro desde que con dieciséis años me quedé prendada al ver "Grandes Esperanzas"), así que sin dudarlo reservé mi entrada.

La proyectaron ayer por la tarde. Así que tomé prestado el libro de la Biblioteca y mientras la lluvia mojaba las calles de la ciudad, mi trayecto en autobús hasta la proyección estuvo impregnado del encantador humor de la autora, que desde el primer momento te hace levantar las cejas y asomar una media sonrisa mientras pasas las páginas. Me bajé en la última parada y esperé ansiosa a que empezara la película. Y como no podía ser de otra forma, me encantó.
Por la noche dejé la luz encendida hasta que terminé el libro, y cuando volví la última página, lo agarré y disfruté de ese emocionante momento que todo lector experimenta cuando termina una historia que sabe que se le va a quedar grabada para siempre.

He leído que muchos se quejan de que las cartas tratan en exceso los detalles estéticos de los libros que poco interesan al lector, pero mi réplica a todos esos comentarios es sencilla: Es la vida, y ver retratado ese amor tan meticuloso por estos objetos a mí me produce todo lo contrario: Una admiración infinita.

Helene Hanff

La historia es real, las cartas son reales, y los personajes también. La autora recoge en este libro la correspondencia que mantuvo con un empleado de una librería londinense al que encargaba ejemplares particulares que no podía encontrar en su país natal. 

Frank Doel, su mujer Nora y sus hijas
Helene Hanff nació en 1916 y vivió en Nueva York escribiendo obras de teatro que a pocos interesaban hasta que tras varios años se convirtió en guionista de la televisión americana. Nunca fue una escritora con un éxito reconocido, y murió sin dinero en una residencia de ancianos. Pero por el camino escribió este maravilloso libro que le aportó grandes alegrías "Lo que me ha sucedido en estos últimos diez años es increíble, !Admiradores del mundo entero me consideran una amiga! En Londres, por las cartas que escribí, ¡han colocado, en el emplazamiento de la librería, una placa de cobre con mi nombre! Sigo pensando que soy una escritora sin cultura ni demasiado talento, pero a pesar de todo ¡me han dedicado una placa de un muro de Londres! ¿Quién se atrevería a imaginar una historia así?"

Debido a su admiración por los libros, sus ediciones y encuadernaciones, comenzó una correspondencia con la librería Marks & CO que duró casi veinte años, y que casi por casualidad se publicó años después. Ha sido una suerte encontrarlo, aunque me cuesta creer que no lo haya descubierto antes. Sobre todo porque hay algo de la protagonista que me engancha y me enreda. Quizá es que me recuerde a algo de mi misma.

 
             

En formato de cartas, nos desvela una pasión que también es la mía.  Y como día de las casualidades, al llegar a casa tenía una carta esperándome, de un amigo que también adora este género. Alegría por partida doble.

Pero las casualidades no terminan aquí. Como tres es el número mágico, la tercera fue cuando el organizador contó a la sala que justo ayer, 13 de febrero, se cumplían 30 años del estreno de la película 84 Charing Cross Road en Nueva York.  Y los espectadores que allí estábamos celebramos el aniversario viéndola de nuevo. ¡Todo un placer!

Así que puedo decir que tengo un libro más en mi lista de los buenos. Y que las casualidades existen y se encuentran a la vuelta de la esquina!

lunes, 6 de febrero de 2017

La Biblioteca de ... Isabel Coixet - (Conferencias de la Biblioteca Nacional de España)

He descubierto hace poco esta gran iniciativa de la Biblioteca Nacional de España. 
Nos gustan las recomendaciones, las solemos solicitar y luego nos sumergimos en ellas con entusiasmo. Así que no he dudado en empezar a escuchar estos vídeos mientras hago cosas manuales, y suelto rápido lo que tengo en la mano para agarrar el boli e ir apuntando títulos y autores.
Eso es lo que me ha pasado con el primero que he visto, como no, el de mi adorada Isabel Coixet, 

Siempre me ha gustado esta mujer porque habla con mucha fuerza y aplomo. No solo porque en sus obras reúna parte de lo que mi interior quiere expresar, si no porque además se centra en temas humanos, de estos que te rasgan, pero tienen que hacerlo porque la realidad es así a veces.
Y me encanta también porque es una mujer comprometida, se mete de lleno en sus proyectos y sigue una línea auténtica. A veces un poco melancólica, sí, pero llena.

Así que he rescatado algunas de sus frases, aquellas que al pronunciarlas han hecho que mi cerebro se iluminara. 

"Los libro están asociados a momentos de nuestra vida". ¡Qué verdad! Cómo hay libros que leíste en la adolescencia que ahora te resultan lejanos, o que volviste a coger y no te llegaron igual. Cómo hay libros que son para ciertos momentos, en los que llegan de manera diferente.
El gran ejemplo para mi es el de las autoras del SXIX, los devoraba con diecisiete años. Ahora me cuesta leer alguno de ese estilo. O otros clásicos que dejé relegados para otro momento, ahora me cuesta cogerlos, como si ya hubiera pasado el momento...

"Hay gente por la que sientes veneración aunque no puedas decir que te gustan sus obras"
Algo parecido me pasa a mí con autores que me enamoran con un libro pero con el siguiente me desilusionan. Es por eso que a veces el miedo me invade cuando sacan un libro nuevo. 
Marsé es el único al que me he mantenido fiel. Todo lo que ha escrito y he leído me ha dejado el mismo sabor de boca, ese que te queda cuando algo es espectacular, cuando cada frase va hilada a la siguiente y no puede más que elevar un poco más, si cabe, la historia.


Y me ha encantado que diga que va a hablar de una novelista que no tiene libros buenos pero que le gusta. Porque la vida a veces es un poco así. Hay incongruencias. Las tenemos todos. Hay contrastes que nos sumergen en la más absoluta negritud, pero luego resurgimos con nuevos mitos, nuevas ideas, nuevos héroes con los que luchar. No siempre hay blancos y negros, y en la literatura, como en la vida, es difícil encontrar esa fidelidad. El ser humano es volátil, y solo aceptando eso abarcaremos más.


"La cosa es leer, aunque yo prefiero los libros" En los tiempos que corren encontrar a otra defensora al 100%, sin tapujos, sin remordimientos, como yo, de los libros en papel es cuanto menos halagador. A veces me siento un poco sola enfrentándome al gigante de las tecnologías, y me infunde fe escuchar frases así.
Porque es cierto que  "lo importante es leer", pero yo todavía no quiero tirar la toalla. Es pronto.

"Sin los libros me hubiera muerto de asco" "Me da mucha pena la gente que no le gusta leer" Solo puedo unirme. Añadir algo más sería quitarle luz a las frases.

Y ya cuando habla de "Jonh Beger"... Me emociona que ellos dos hayan coincidido y que los conozca juntos. Eso da mucho caché al hueco donde los guardo, entre libros, cartas, imágenes y voces en off.

Y sobre todo me quedo con algunas de sus recomendaciones, esas que me llamaron más la atención y algún día leeré. Por de pronto, en breve iré a ver la película de "88 Charing Cross Road" que justo en dos semanas está en la filmoteca. Fue escuchar el vídeo y al poco ver en el periódico la proyección. Esas coincidencias que tienen poco de eso, de casuales, y te impulsan a unir puntos. Por algo será.





"88 Charing Cross Road" de Helene Hanff

"Retorno del soldado", Rebecca West.
"Sangre de dragones" Christoph Hein
"Leyendo Lolita en Teheran" Azar Nafisi