sábado, 13 de octubre de 2012

Crónicas de "Una calle de relatos" II





Tras el verano, los miércoles de septiembre y lo que llevamos de octubre, volvieron a llenarse de relatos en la calle del Espejo. Fueron unos días un poco tumultuosos, así que ayudada por cómplices que hicieron la ruta aquellos días que yo no podía, los relatos siguieron decorando las calles.

Cada día uno distinto. Fueron dejándose ver: Vienna, En el espejo, Fly me to the moon, La lista, Mi particular trocito de mar, Alguien a quien solía conocer...

Siguieron las conversaciones con la gente por la calle, alguna que otra pregunta como: ¿Tu eres Eloise? ¿Pero tu escribes esto?. Fue bonito ver como el viento los hondeaba aquellos días un poco más rabiosos, y como si ibas hacia la noche las farolas teñían la calle de un ambiente más romántico.

Y sigue siendo agradable verlos ahí colgados, ver tus letras sueltas por una calle con tanta vida unas veces, tan tranquila otras.

Seguirán los miércoles siendo días un poco más especiales, más diferentes. Días en los que compartir lo que haces te hace sentir bien, porque las historias arrancan sonrisas, te llenan de incertidumbres, te traen recuerdos, te hacen soñar... Son formas de dar un toque especial a algunos minutos. Y me gusta hacer eso.

Nos seguimos viendo por aquí y por allí!




Leyendo al lado del portal 7


La gente sube y baja, habla, se ríe, corren... y los relatos quedan ahí reflejando otras realidades


Un señor cogió uno y se detuvo a leerlo mientras la niña que iba con él hacía piruetas


Vestigios de que la semana anterior alguien cogió el relato que colgué en esta señal.