lunes, 12 de julio de 2010

Gente

Con la ColAborAción de Almudena del Pozo, con esa preciosa foto tomada en Pisa... Escuchad la música y leed






Hay veces que las personas pasan por tu vida para arreglar algo, para introducirte a alguien, para que conozcas un lugar... y luego se van.

Te despides de ellos con un abrazo en la calle mientras cierras los ojos con fuerza, o simplemente desaparecen sin hacer ruido, sin que puedas recordar como fue.

A veces quieres retener esos momentos, esas sensaciones, esos sentimientos... pero tan sólo anidan en tu memoria, con un sabor agridulce (más dulce que agri) y puedes repetirlos tantas veces como quieras, aunque pierden detalles en la lejanía.

Las personas pasan por tu vida y no todas se pueden quedar, sería como ocupar todos y cada uno de tus recovecos y no podrías recluirte en ninguno de ellos cuando todo te sobrepasara.
Todas van a ocupar un pequeño espacio dentro de tí, todas van a dejar una minúscula huella en tu interior, y todas, las que tu dejes, te van a hacer brillar por hoy, por ayer, por mañana....


3 comentarios:

  1. Hay días de esos en los que uno conoce un junco. Un junco cargado de creatividad, ligero de miradas fáciles. Hay días que ese junco entra en tu vida y la enriquece, días en que se hace un hueco en tu mañana, días tibios en los que comparte la luz con la que mira una fotografía, días febriles en las que escuchas por sus oídos la sabiduría de un soulman, días fríos en los que no estás de acuerdo con él…, o con ella.
    Pero siempre que recibes una llamada de ese junco sabes que algo valioso está a punto de llegarte.
    Hay días de esos… Son días especiales…

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  2. siempre he pensado que en el tren de nuestra vida hay cuestas arriba y cuestas abajo, rectas kilométricas y curvas vertiginosas, hay personas que suben para bajarse en la siguiente parada y personas que se quedan contigo hasta la última estación, pero como tu dices todas y cada una dejan huella en tu interior, me encanta ELOISE ;)

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  3. Los juncos son importantes, dan luz a tu vida.
    Las huellas son imborrables, puede que pase el viento y borre la forma, pero la tierra que ha sido pisada guardará todavía ese marca que un día le dejaron.

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