domingo, 30 de mayo de 2010

Las luces amarillentas de las farolas‏

Texto + música de Anni B Sweet (que por cierto hoy la hemos visto en concierto)

Mírame,
parece que estoy dormida pero no lo estoy,
sólo he dejado que la oscuridad invada mis párpados,
y mi mente pueda volar libre mientras linda se acurruca a mi lado.
Son las tres de la mañana.

De repente todo aparece como una película, como algo que ha pasado sin que tu sepas que lo ha hecho.
Un paisaje, una tela que cae, una sonrisa, el guiño de un ojo, el sol abrasándote la piel, la bocina de un coche, un niño que se zambuye en un río, la rueda de recambio de una furgoneta pintada de colores, el sonido del agua corriendo en el fregadero, una balón a rayas, una moneda aplastada en la via del tren….

Mírame,
hay algo dentro de mi que brilla con fuerza,
pero no alcanza a salir,
Ha cogido impulso y ¡plaf!, se estampa contra la pared que protege la fortaleza.

De repente sientes que algo te toca y te giras sin ver nada, sin poder mirar a unos ojos, sin escuchar una respiración, sin oler un perfume, sin rozar esa piel tan suave… y coges agua y vuelves a sumergirte.

Mírame,
no puedo moverme, quizá algún gesto asome a mi boca, quizá un tic, algo que me molesta en este estado de somnolencia. Sin embargo por dentro de mi todo bulle, corre de un lado a otro, se tropieza, se atasca...

De repente todo se ha vuelto gris,
o blanco,
o gris y blanco.
Ni siquiera negro, que realmente es donde luego podría pintar encima una rueda de colores, por ejemplo.

Y puede que ahora me estés hablando,
pero mi mente está en las farolas,
está con las luces amarillentas de las farolas...
Mientras recorro la avenida por la tarde noche,
cuando el cielo está volviéndose de colores apagados,
cuando las sombras de la ciudad tiñen todo de reflejos cobres,
cuando el sabor a antiguo sale de las alcantarillas
y las farolas se alumbran proyectando su amarillenta luz
que me acompaña de camino a casa.



miércoles, 26 de mayo de 2010

La ballena

Esta semana toca un mini relato que comienza con un texto, se mezcla con una imagen escrita, y sigue con el texto.
A ver si adivináis que es lo que una mente infantil llamaba la ballena...
Y todo amenizado con la música de Joaquin, como no. Disfrutadla!





Sabíamos la hora exacta, el minuto, el segundo, el paisaje que le precedía; El trozo de canción que sonaba en ese preciso momento en el coche de papá: "pero el tiempo de los besos y el sudor, es la hora de dormir. Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer tras de si dejó".
Entonces levantábamos la cabeza y limpiábamos el vaho de la ventanilla para poder ver entre la bruma de la noche a la ballena. Dintinguiéndola poco a poco, según el coche se acercaba. Ahí, al lado de la carretera, bajo la montaña. Su sombra, unas tenues farolas alumbrándola, la hierba que crecía a su alrededor, los cristales rotos del tejado...



Y...glub, volvíamos a la carretera, girábamos la curva y la dejábamos atrás entre los árboles, franqueada por los abetos oscuros que se mecían por el viento. Volvíamos a colocar nuestras cabezas en el asiento de atrás y nos tumbábamos dejando que el sueño nos atrapara. Y sin darme cuenta, dejaba posada la mano sobre la de mi hermano; me gustaba sentir su calor.

lunes, 17 de mayo de 2010

Mrs. you and me, and we, and you, and she...

Hoy estamos de ColAborCión, la segunda en el blog, ya que hay que crear, pero crear con los demás es más bonito.
Por ello esta vez consiste en un lanzar un video y que cada uno escriba lo que le transmita. El vídeo es de una canción "Mrs Cold" de Kings of Convenience. Ya hay tres personas trabajando en ello, dejo a todas las demás que escriban lo que se les ocurra.
Ahi va lo mio...

(por cierto el vídeo no se podía cargar pero pongo el enlace, merece la pena)

http://www.youtube.com/watch?v=5VZLC8YFmj8


"Hey Baby"


Llega contoneándose, clara como el cielo, pisando la tierra manchada y espolvoreada por el suelo. Dobla la esquina pasando junto a una casa solariega pringada de enredaderas, una iglesia con un atrio, una valla de hierro que alcanza la copa de los árboles; y entonces es verde, como ellos, alimentándose de su savia, de sus gusanos que le hacen cosquillas de los brazos, nota las alas de un gorrión acariciarle el hombro antes de posarse...

"Didn´t know you had in it you so be hurt at all"


Aterriza en la plaza casi sin darse cuenta, con la maleta llena de colores bajo un brazo, el caballete sujeto en la mano sobrante; y se siente amarilla, como la tierra que pisa, como el sol que le alumbra entre las ramas de los frondosos árboles que adornan la plaza y la cobijan del plomo del mediodía. Posa sus bártulos en el suelo y observa.

"You wanted nobody around to see, you feel vulnerable around me"

Y de repente se siente azul. Como el sonido que emiten las cuedas de la guitarra al ser rasgada, se impregna de las notas, las absorbe, las digiere y entonces las suelta a través de las manos, de los dedos, del pincel... y empieza a dibujar: naranja, verde, marrón, azul; desliza el dedo y esparce el gris del pantalón...

El viento se enreda en su trenza y le sopla "Deja rozar tus dedos sobre el lienzo mientras el sol alumbra la tranquila tarde donde nada se puede escapar"

Y entonces el morado de su camiseta se torna violeta, limón, marfil, mango, amapola... y con el último acorde de la melodía ella firma su dibujo y estira los brazos dejando escurrir el pincel sobre las piedras del suelo.

"Nothing you can say is gonna change the way I feel"

martes, 11 de mayo de 2010

Somewhere out there

Primero ver el video (precioso,con letras mayúsculas) y luego leer un poquito de mi tímido acompañamiento




Estela recoge los granos de café recién caídos del tarro de cristal, y lanza un suspiro al aire mientras su pensamiento vuelve a alejarse.

Diego recoge los papeles que acaban de volar de su carpeta y han aterrizado en un charco lleno de barro. Las huellas de un perro empapan sus proyectos y él deja escapar un recuerdo de su mente.

Azahara recorta hojas de menta de su terraza y termina de preparar un mojito. Se asoma y observa las ventanas de sus vecinos. Remueve el azucar moreno mirando la luna. Le guiña un ojo y toma un sorbo. Puede que desde lejos alguien la observe rodeada de farolillos encendidos sonriendo a la noche.

Hugo se ducha tras terminar la actuación y los aplausos siguen resonando en sus oídos. Se cala el gorro y sale distraído por la puerta parando un taxi con maestría. Reposa su cabeza en el respaldo y con los ojos cerrados pronuncia levemente: - Simplemente de vueltas.

Laia modela la arcilla como cada tarde, con delicadeza, con ternura, con cuidado... Deja que sus manos cambién de color y se agrieten, deja que sus sensaciones se mezclen con sus movimientos y creen algo que sólo ella entiende. Ya de noche apaga las luces del estudio y camina sin prisa hacia casa.

Lucas pasea varios perros cada mediodía y se sienta en el mismo banco a la sombra. Quizá detenga más la vista en algo en particular, quizá su estómago pierda el control en algún momento, quizá se retrase en devolver los animales a sus dueños... quizá todo se diluya cuando una bolsa de estraza sea arrojada a la papelera y unos pasos se alejen con prisa...

Kira, cansada, como cada noche baja la persiana del bar y coge su bici anclada a la farola verde de la esquina. Pedalea intentando absorber todo el viendo que le cabe en la garganta, hace fuerza con las manos hasta que le duelen las muñecas, siente el latido de su cuerpo en los muslos cuando sube la cuesta hasta su casa... Suele tararear una canción mientras llega, justo antes de que su vecina, que a esa misma hora saca la basura, le salude desde el jardín y piense en como es la vida de esa chica que ni siquiera puede imaginar.