martes, 23 de marzo de 2010

LA ESCUELA DE ATOCHA


(Lo que cuenta aquí es la canción, pero había que acompañarlo de algo, ¿no? Leer primero esto y luego escuchar la canción)

Algo tan simple, tan banal, tan fácil, como perder un tren; hizo que ese viernes cualquiera de abril, la soleada tarde madrileña se tiñera gris y me asfixiara por dentro.
“Los trenes de Atocha no saben esperar, se han dejado en tierra lo mejor de la ciudad”
Un gris plomizo que había ya invadido un poco mi vida un mes atrás y del que yo intentaba a toda costa huir.
“Estas encerrada en Madrid sin poder salir, sin poder salir”
Pero hacía sol y lo que quizá tuviera que pasar incluiría esa transformación, nimia, ridícula, efímera, pero necesaria para todo lo que venía después.
Con ayuda (porque siempre aparece alguien aunque parezca que no vendrá, aunque tenga que sortear otras dificultades que le atañen, aunque existan otras vidas que vivir en vez de la que se podría crear...) ya fueron dos los que al interactuar lograban imaginar múltiples soluciones. Con el coche para arriba, con el coche para abajo…
Y una parada de emergencia,
“Ya de paso te cambias, dejando los zorros en casa, iluminado Lavapies”,
y un empeño común, un ensayo-error, un aguantar la frustración y los nervios a flor de piel… “y me enseñas a reír en guerra”
Pero no, no tenia que pasar. “No pasa nada, venga da igual, será el destino que no querrá”
Y mi caballero me dejó en casa “me despides con: como un caballero te has portado, como un caballero, dices, te has portado”
Nada de carrozas, nada de zapatitos perdidos, nada de espejos mágicos… La calabaza ya se había transformado, pero algo estaba cambiando… “será el destino…”


domingo, 14 de marzo de 2010

Musica + microrelato

(Primero ver este video, entero ,hay q clicar o pegarlo en una ventana nueva, y luego... leer el micro)


http://www.youtube.com/watch?v=LQO-od6NcYI&feature=related


La música inunda repentinamente mi salón. Los acordes de uno de mis grupos preferidos traspasan los altavoces de la televisión y hacen que levante la vista de la revista que hojeo distraídamente en el sofá en esta tarde gris de diciembre.
La melodía que inunda el estadio y acompaña los movimientos del patinador. El deslizar suave de las cuchillas por el hielo pétreo, la rasgada y casi desconocida voz del cantante americano lanzando palabras al estadio que invaden el aire, el frió de la pista elevándose y rozando las luces, los rasgados golpes del guitarrista y sus tatuajes desfigurándose por sus movimientos, las bolas de colores colgando del techo suspendidas sobre los aplausos del publico tras las piruetas…
Y cuando el sonido se apaga y el patinador levanta la mano y clava su cuchilla en el hielo, mi corazón se detiene un segundo al descubrir a un grupo que se emociona acompañando de un deporte que me fascina.
Dulce mezcla.
Entonces, el programa termina y yo vuelvo a mi revista, con una medio sonrisa en la cara, que tarda en desaparecer.


Y ahora cerrar los ojos, escuchar esta canción y imaginaros patinando... dando las piruetas que vuestra mente os marque...




¿Qué habeis sentido?...

lunes, 8 de marzo de 2010

SE DESLIZA...

Microrelato + musica

(Este microrelato se escribió sin música. Se empezó a plasmar en ese coche del que hablo, y la musica vino después... porque me gusta, porque es delicada, porque le da un toque de color, imagen, volumen...)

Escuchar tranquilamente la canción y cuando esté un poco avanzada leer el relato



Se desliza...

Un brazo se desliza, con sigilo desde el asiento de atrás, por el costado, lentamente, sin prisa, con disimulo… y se esconde de las miradas ajenas ¿Qué les importa?

Y delante, el conductor, ojos en la carretera y cantando lo que el cd de turno hace sonar, nota en su cadera unos dedos delicados que hacen asomar un sonrisa a su rostro. Suelta una mano del volante y acaricia su piel con suavidad. Delicadamente, sin movimientos bruscos, sin que los demás ocupantes del coche perciban nada.

Ella apoya su frente en la cabecera de delante y esconde su cara que mira hacia la ventanilla (seguro que porta una sonrisa), con los ojos cerrados.

Él se debate entre los recuerdos de la noche anterior y la curva complicada que tiene delante. Aprieta con fuerza sus dedos antes de volver a agarrar el timón del coche, y sigue visualizando el cuerpo que ahora está en el asiento de atrás, y que anoche, bueno, la madrugada anterior, reposaba entre sus brazos, caliente, suave, sólo para él.

lunes, 1 de marzo de 2010

EN EL ESPEJO

Microrelato + musica (empezar a leer cuando la canción esté en el segundo ´48))

Me despierto a media noche y en la penumbra algo brilla en el espejo. Revolotea moviendo sus alitas con agilidad y frotándome los ojos distingo un hada, un hada luminosa.
Siento el aire de sus movimientos mientras observo en el cristal como se acerca a mi rostro, pero miro a mi alrededor y no hay nada. En el espejo deja una estela con cada giro y cuando roza mi pelo siento que se balancea. Quieta, busco reflejado su vuelo y observándola acercarse a mi oído escucho como me susurra: “No cruces la calle”.
Y se apaga su luz.